Mujer, madre y profesional

12.08.2011 10:37

 

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La Eterna Búsqueda Del Equilibrio

Ser mujer, madre y profesional es todo un desafío. La vida nos ha cambiado y queremos afrontarla de todas las aristas posibles.

Hoy después de cinco siglos de dominación masculina, la mujer tiene la palabra.

Hay un nuevo ambiente cultural, donde las mujeres jugamos más y más un papel importante. Después de muchos años de enfrentamientos, hoy hay una comunicación, una unidad entre hombres y mujeres.  Respetando sus diferencias, hoy la sociedad se está recomponiendo gracias a la comunicación, y la reconstrucción que es obra de nosotras, las mujeres. Hemos tomado un papel activo en esto de superar antiguas discusiones.
Hoy se acepta sin dificultad, que hombres y mujeres son semejantes como seres que piensan, trabajan y obran racionalmente. 
Una investigación de la socióloga Simonetta Tabboni en Italia – especialmente sobre mujeres jóvenes – demostró que las mujeres de hoy ni siquiera se preguntan si tienen que elegir entre la vida profesional y la vida personal, como sus madres o abuelas.
Hoy vivimos naturalmente las dos cosas.

Mujeres multifuncionales
Las mujeres sabemos que no somos ni inferiores ni superiores a los hombres, sino más complejas, multidimensionales, y multifuncionales. Afirmamos en nuestro día a día, la necesidad y la posibilidad de que hombres y mujeres podamos combinar la vida profesional con la vida personal. A nuestro modo, tratamos de reconstruir una sociedad desunida, terminando con la vieja polarización sobre fuertes y débiles cada uno por su lado. La idea no es de construir un mundo a favor de la mujer, sino recomponer el que ya tenemos.

Acá es donde asoma toda nuestra espiritualidad, nuestras emociones y sensaciones.  Le impregnamos al mundo lo que le falta y a nosotras nos sobra, la emoción. No queremos abandonarla sino juntarla con la razón para que todo tenga otro color.
En esta búsqueda continua de la felicidad, aún la mujer que tiene un gran éxito profesional, no quiere renunciar al sexo ni a la maternidad. Y en esta eterna búsqueda del equilibrio para mantenernos como mujer, madre y profesionales es donde la vida se nos complica, pero como nos encanta el desafío, es lo que nos mantiene vivas y donde encontramos la felicidad.
Es en las pequeñas cosas donde las buscamos: la risa de los hijos, el abrazo del gran compañero de toda la vida, una felicitación del jefe, una charla con el hijo mayor, la luz de las velas en un noche de pasión, ver, crecer y compartir la vida de los que nos rodean. Nuestro ámbito se agranda y en esas pequeñas cosas buscamos la felicidad. Preferimos la combinación de todas estas actividades antes que la satisfacción total de una sola. Nos desafiamos a nosotras mismas, nos proyectamos, nos convertimos en madres, pero también en grandes profesionales y sobre todo, en mujeres que luchan en todos sus ámbitos.

Una mujer, madre y profesional
Paula Makovec
tiene 36 años pero no los aparenta. Casada hace 9 años y madre de dos hermosos varones, Juan Manuel de 7 años y Mateo de 3, comparte la idea de tratar de buscar el equilibrio entre ser madre, mujer y profesional.
Abogada, oficial notificadora en el Departamento Judicial de San Isidro, reparte su tiempo entre ser una excelente esposa, un trabajo de mediodía y madre full time. Así nos explica su situación: “Quise ser algo más que ama de casa.  Salir de casa para sentirme realizada, con la posibilidad de haber elegido mi carrera, y elegir mi profesión como medio de vida.”  Pero añade, “Todas las prioridades se modificaron cuando fui mamá. Todo cambió. Ellos son mi vida y me adapto con mi marido a sus horarios. Ellos ponen nuestros horarios. Mi familia es mi prioridad.”

La búsqueda de este equilibrio cuesta. Y mucho. Pero no hay que perder la fuerza. Paula señala que “el avance de la mujer es fundamental para que nuestras generaciones quieran aparte de ser amas de casas, proyectarse profesionalmente y llegar a cumplir nuestros deseos.” Pero aclara “también es importante la gran ayuda que me da Claudio, mi gran compañero, con quien compartimos la prioridad de nuestras vidas: los hijos. Èl ayuda a que ambos podamos redescubrirnos en todas las facetas que nos da la vida. No es nada fácil combinar todo, pero siempre es mejor hacerlo acompañada.”

Sentada en su comedor, Paula, recuerda los primeros pasos de sus hijos en el jardín. “Salía llorando cuando lo dejaba. Llamaba cada hora a la guardería o como mi trabajo me lo permite, me escapaba a cada ratito. La culpa es difícil de llevar, pero al conocer el lugar y ver que le hacía bien la estimulación que recibía, costaba menos.”  Y concluye, “los primeros tiempos son difíciles. Me sentía mal al dejarlo solito. Lo necesitaba conmigo todo el tiempo.”

Hombres y mujeres viven juntos, a menudo crían y educan a sus hijos juntos, tienen relaciones sexuales y afectivas. Esta relación de hombres y mujeres habla de que el multiculturalismo es una búsqueda de comunicación. Esa fama de racionales de los hombres también está cambiando: están expresando sus emociones mucho más que antes. Hoy el hombre llora y ríe, mucho más que antes. 

Buscar el equilibrio. Sentirse mujer, crecer profesionalmente y ser la mejor madre del mundo. Mujeres que buscan su lugar en el mundo. Y mezclando la racionalidad, la creatividad, la emoción y los sentimientos a flor de piel, lo logran.

Jorgelina Rodriguez Durante

 

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